La alcaldesa socialista impone su criterio por encima del Reglamento Orgánico del Funcionamiento que rige el Ayuntamiento de Molina de Segura, creando turnos de palabra cuando le interesa o rechazando una moción de urgencia debidamente motivada.
El totalitarismo impuesto en el Salón de Plenos por la alcaldesa socialista Esther Clavero llega a límites nunca pensados y jamás impuestos en el Consistorio molinense. Al gustillo que le ha tomado a utilizar el voto de calidad para aprobar o rechazar aquellas mociones que le interesa o importunan y a su predisposición para echar de la sala a los concejales de la oposición, ahora se le une el querer cambiar el Reglamento Orgánico de funcionamiento del Ayuntamiento, aprobado por el Pleno.
Ayer durante la sesión plenaria ordinaria pudo comprobarse como Clavero aplicaba la norma municipal a su antojo, creando turnos de palabra cuando le interesaba, aunque no correspondiera, y rechazando una moción de urgencia correctamente motivada porque le incomodaba.
Curioso fue, además, ver cómo aquellos que se autodefinen como municipalistas solo exigían las demandas históricas al Gobierno regional del Partido Popular, pero rechazaban pedirle al Gobierno socialista de Pedro Sánchez inversiones tan importantes para Molina de Segura como el proyecto de obras de defensa de avenida de ramblas o el seminudo de enlace por el Chorrico a la A-30, poniendo por delante sus intereses partidistas.
APROPIÁNDOSE DEL TRABAJO DE LA OPOSICIÓN
Mención especial merecen las enmiendas. Haciendo uso de una canción a la que recurre la alcaldesa constantemente, deberían aplicarse eso del “¡Cómo hemos cambiado!”. Unos meses antes de ocupar el sillón, Clavero aseguraba que “las enmiendas me parecen una falta de respeto a los proponentes, ya que acaban sustituyendo por imposición las mociones”. Sin embargo, su equipo de Gobierno presenta pleno tras pleno enmiendas a cada una de las iniciativas propuestas por la oposición, descafeinando el sentido de las mismas y apropiándose del trabajo de la oposición.
Ayer volvieron a hacerlo hasta en 4 ocasiones, pero aplicando distinta vara de medir, ya que cuando la enmienda la presentaba el Gobierno, era aceptada y aprobada, pero cuando lo hacía la oposición a sus mociones, la rechazaban argumentando que la enmienda desvirtuaba y descafeinaba la propuesta. Argumentos contradictorios para un Gobierno impositivo, sin rumbo y carente de proyecto e ideas para gestionar el cuarto municipio de la Región de Murcia.
1