La alcaldesa hace gala de su falta de talante y diálogo, quitando la palabra a los concejales de la oposición cada vez que no le interesa escuchar lo que se dice y amenaza con no abrir turno de palabra en los próximos plenos en los dar cuenta para evitar debates.
Aplicar y rodillo, dos palabras que ha sabido conjugar muy bien Esther Clavero para gestionar el cuarto municipio de la Región de Murcia y que ha llevado al Ayuntamiento de Molina de Segura al inmovilismo más absoluto.
El lunes, durante el pleno ordinario de febrero, los molinenses volvieron a ser testigos del sectarismo de Esther Clavero, una regidora nerviosa, falta de talante y diálogo que quitó la palabra a los concejales de la oposición cada vez que no le interesó escuchar lo que se decía en el Salón de Plenos y amenazó con no abrir turno de palabra en el dar cuenta en los próximos plenos para evitar los debates.
La falta de compromiso de equipo de Gobierno quedó evidenciada en numerosos expedientes, pues la táctica de echar balones fuera para eludir sus responsabilidades ha dejado de funcionarle. Ya es hora de empezar a gobernar fuera de los despachos, pisando la calle y escuchando a la ciudadanía. El victimismo no es la solución.
Está claro que la alianza de Izquierdas no tiene programa para Molina de Segura y que su pacto de Gobierno tan solo está sustentado en el sillón. La aprobación de la prórroga del Presupuesto de 2017 al Ejercicio de 2018 del lunes es un claro ejemplo de ello. La falta de consenso entre los socios les ha llevado por segundo año consecutivo a prorrogar el presupuesto municipal.
Por lo demás todas las mociones del Grupo Municipal Popular fueron aprobadas. Ahora bien de nada sirve que se quede en un cajón o en una simple declaración de intenciones como tantas otras que se han respaldado y no se han llevado a cabo, véase la propuesta del PP sobre el acceso al Polígono Industrial La Serreta a la altura del camino de servicio de la Ciudad del Transporte en la Cañada Morcillo en mayo de 2017 y la respuesta ofrecida por el Gobierno en la pregunta realizada en el pleno de febrero.
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