El recién llegado Juan Alcaide, del núcleo duro de Podemos de Molina de Segura, rompe hasta en dos ocasiones el sentido del voto de la formación magenta. El portavoz de Cambiemos Molina y primer teniente de alcalde, Fernando Miñana, manifiesta no saber ya que hacer con su concejal más díscolo.
Las diferencias internas entre Podemos y su marca blanca en el municipio, Cambiemos Molina, empiezan a hacer temblar el pacto del Gobierno de Izquierdas y pone entre las cuerdas la estabilidad de una alcaldesa que se había asegurado la mayoría absoluta con la incorporación de Pedro González y Concepción Orenes al Gobierno.
Ayer, durante el pleno ordinario del mes de octubre, Cambiemos Molina descubrió que se ha encontrado una piedra en su camino llamado Juan Alcaide, concejal del núcleo duro de Podemos Molina de Segura, que se incorporó la pasada sesión plenaria al grupo municipal tras la dimisión de Maru Carbonell.
El nuevo edil de Cambiemos rompió hasta en dos ocasiones el sentido del voto de la formación magenta entre miradas de incredulidad de sus compañeros e, incluso, palabras de resignación como las pronunciadas por su portavoz Fernando Miñana “yo más no puedo hacer” refiriéndose a Alcaide.
Precisamente estas palabras fueron las que pronunció Miñana al escuchar como su nuevo concejal recriminaba al Gobierno y a sus propios compañeros de partido su falta de transparencia y las dificultades que se había encontrado para acceder al expediente de Sánchez Cano S.L., crítica que reprobó la alcaldesa quien tuvo que recordar a Cambiemos Molina que forma parte del Gobierno y que debía ser responsable. “Quien no sea capaz de asumir y de llevar a sus espaldas la responsabilidad de gobernar, que no esté. Pido responsabilidad de Gobierno. Somos gestores públicos y tenemos que tomar decisiones”.
A pesar de la significativa intervención de la regidora, Cambiemos Molina volvió a demostrar ayer que los intereses de los molinenses y la creación de empleo no se encuentran entre sus prioridades. La lucha de un partido dividido sin una visión política para el municipio más allá de apostarse en el sillón, está llevando a Molina de Segura a una deriva en la que los únicos perjudicados serán los ciudadanos.
UN PLENO ENTRE FELICITACIONES, AGRADECIMIENTOS, PERO SIN DEBATIR LAS INICIATIVAS DE LOS GRUPOS MUNICIPALES
Hasta trece puntos del orden del día se quedaron ayer sin tratar, entre ellos las mociones que quedaron pendientes de septiembre y las nuevas iniciativas presentadas para esta sesión ordinaria. Las únicas que fueron debatidas, las mociones conjuntas y las de felicitación, reconocimiento y agradecimiento, todas ellas aprobadas, como no podía ser de otra manera, por la mayoría de los presentes.
La excepción la protagonizaron dos expedientes, El primero de ellos el de solicitud de cesión de la titularidad de la glorieta situada en el enlace de la avenida Gutiérrez Mellado con la carretera RM-A5 y con la autovía A-30, que contó con la abstención del Grupo Municipal Popular, ya que “no entendemos como pudiendo exigirle a la Comunidad Autónoma que acondicione la rotonda antes de recepcionarla, como están haciendo otros municipios como Cehegín, asume el Ayuntamiento el gasto”, aseguró Sonia Carrillo; y el segundo, la modificación de la ordenanza municipal para la tenencia, la protección y el bienestar de los animales que contó con el voto en contra del PP porque “no creemos que ampliar el plazo para resolver expedientes de 3 meses a 1 año contribuya y permita la convivencia civilizada entre vecinos y animales”, manifestó Lola Vicente.
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